Estructura de Capital: La Columna Vertebral Financiera de una Empresa
¿Por qué importa la estructura de capital?
Este concepto, que puede sonar técnico al principio, tiene consecuencias profundas. No solo para los inversionistas, sino también para los trabajadores, proveedores e incluso los países donde operan estas empresas. Entender la estructura de capital es entender cómo las empresas toman decisiones que impactan en el crecimiento económico y en nuestra vida cotidiana.
¿Qué es exactamente la estructura de capital?
En términos simples, es la forma en que una empresa financia sus activos. Hay dos grandes fuentes de financiamiento:
- Capital propio (acciones): Dinero aportado por los dueños o inversionistas a cambio de una parte de la propiedad de la empresa.
- Deuda (bonos y préstamos): Dinero prestado que debe devolverse con intereses.
La combinación entre estos dos elementos afecta directamente la rentabilidad, el riesgo, y el control de la empresa.
Ejemplo práctico: Café Andino S.A.

Imaginemos que “Café Andino S.A.” quiere abrir 20 nuevas sucursales. Para poder financiar este plan tiene distintas opciones:
- Emitiendo nuevas acciones y vendiéndolas en el mercado.
- Solicitando un crédito bancario o emitiendo bonos.
¿Cuál opción elegir? Depende de muchos factores: tasas de interés, condiciones del mercado, aversión al riesgo de los dueños, e incluso si quieren mantener el control o no.
Acciones: Propiedad, pero también incertidumbre
Al emitir acciones, la empresa recibe capital que no tiene que devolver. Pero ese capital viene con un costo: la dilución del control y los nuevos accionistas pasan a tener voto y derecho a las utilidades del negocios que se reparten, dividendos.
Para el inversionista, las acciones son una puerta de entrada al mundo empresarial. A cambio del riesgo de perder dinero en caso de que al negocio le vaya mal, puede acceder a la parte proporcional de las utilidades, lo que permite capturar la rentabilidad del crecimiento.
Este riesgo/rentabilidad se analiza muchas veces usando indicadores como el PER o estimando el valor intrínseco de la acción usando descuento de flujos y una tasa de descuento adecuada.
Bonos: Una promesa de pago con letra chica
En cambio, al emitir bonos, la empresa asume deuda. Por lo que está obligada a pagar intereses periódicos y devolver el capital al vencimiento. Desde la perspectiva del inversionista, los bonos son más conservadores: no entregan propiedad, pero sí promesas de flujo de caja.
¿Es menos riesgoso? No siempre. Si la empresa entra en problemas financieros, los bonistas tienen prioridad sobre los accionistas, pero eso no garantiza que cobrarán todo. De hecho, una mala estructura de capital puede llevar a una empresa a la quiebra más rápido de lo que parece.
La analogía del edificio

Piensa en la estructura de capital como los cimientos de un edificio. Mucha deuda (bonos) puede significar un edificio muy alto con bases delgadas. Mucho capital propio puede significar un edificio más sólido, pero más lento de construir. El equilibrio es clave.
¿Existe una estructura ideal?

No hay una respuesta única. Empresas intensivas en activos fijos, como aerolíneas o inmobiliarias, suelen usar más deuda porque tienen colateral. Empresas tecnológicas tienden a financiarse con acciones porque su crecimiento es más incierto.
Lo importante es que la estructura de capital esté alineada con el modelo de negocios y los ciclos de caja. Aquí es donde el inversionista debe ponerse curioso: ¿cómo se está financiando esta empresa? ¿Puede sostener sus pagos de deuda si hay una crisis? ¿Esa empresa está haciendo un buen uso del dinero que tiene?
¿Cómo saber si una empresa crea valor? ROIC vs WACC

Una de las preguntas más relevantes al evaluar una inversión es: ¿esta empresa realmente crea valor para sus accionistas? La respuesta no siempre está en las utilidades, sino en cómo utiliza su capital. Aquí es donde entran dos indicadores fundamentales: el ROIC y el WACC.
ROIC: El retorno sobre el capital invertido
El Return on Invested Capital (ROIC) mide cuánta utilidad genera una empresa por cada peso que ha invertido en su operación. Es un indicador que refleja la eficiencia con la que una compañía usa su capital (tanto propio como ajeno).
Un ROIC alto indica que la empresa está generando buenos retornos con los recursos disponibles.
WACC: El costo promedio del capital
El Weighted Average Cost of Capital (WACC) representa el costo que enfrenta una empresa por financiarse, ya sea mediante deuda o capital propio. Es, en otras palabras, la rentabilidad mínima que la empresa debe generar para no destruir valor.
¿Por qué importa que el ROIC sea mayor que el WACC?
Cuando el ROIC supera al WACC, la empresa está generando un retorno superior al costo de financiarse. En otras palabras, está creando valor. Por el contrario, si el ROIC es menor al WACC, cada peso invertido destruye valor, aunque la empresa sea rentable en términos contables.
Ejemplo simple:
- Si una empresa tiene un ROIC de 12% y un WACC de 8%, está creando 4% de valor por cada peso invertido.
- Pero si el ROIC es 6% y el WACC es 8%, pierde 2% por peso invertido.
Este diferencial entre ROIC y WACC es una brújula fundamental para los accionistas que buscan compañías sólidas y con ventajas competitivas sostenibles. Por otro lado puede ser una buena inversión la compra bonos de una empresa, aunque esta no cree valor.
¿Qué tipo de inversionista quieres ser?

¿Prefieres participar en la propiedad (acciones) o en la deuda (bonos)? ¿Cuánto riesgo estás dispuesto a asumir a cambio de rentabilidad?
Ambos instrumentos tienen su lugar en una estrategia diversificada, y ambos reflejan distintos roles dentro de la empresa. Como inversionista, entender la estructura de capital es una herramienta para evaluar oportunidades, riesgos y alinearte con tu horizonte de inversión.
Conclusión
La estructura de capital no es un tema exclusivo para contadores o gerentes financieros. Es un concepto fundamental para cualquier persona interesada en invertir con criterio y visión de largo plazo.
La próxima vez que veas una acción o un bono en tu portafolio, pregúntate: ¿qué me está diciendo esto sobre cómo se financia esta empresa? Ahí comienza el verdadero análisis financiero.
Nada de lo escrito aquí constituye asesoría de inversión. Haz tu tarea, duda de los consejos gratuitos y piensa a largo plazo.
No te pierdas el próximo.
Suscríbete y recibe contenido útil y directo en tu correo.